Las máquinas retractiladoras son herramientas que sirven para envasar al final de una línea de producción, durante el proceso de embalaje. Se utilizan para empaquetar o envolver la mercancía mediante un film termoplástico y, de esta forma, el producto queda completamente protegido contra agentes externos como la suciedad o la manipulación ajena.
Las retractiladoras o retraciladoras hacen posible aplicar, de forma automatizada, semi automatizada o manual, una envoltura retráctil. El proceso de retractilado es una de las soluciones para embalar productos que más se utilizan en centros de logísticas o fábricas por los buenos resultados que ofrece.
Tienen un claro objetivo y es el de empaquetar o envolver un producto a través de un plástico que es retráctil o un film termo plástico. De hecho, retractilar significa empaquetar con un film transparente que se retrae a través del calor, a fin de adaptarse a la forma del paquete.
Tipos de retractiladoras
Dentro de los distintos tipos de máquinas retractiladoras que existen, destacan las retractiladoras de campana. Estas resultan ser la mejor opción cuando se trabaja con elementos de pequeño y mediano tamaño. Resultan imprescindibles en el proceso de embalaje, para proteger la mercancía que debe ser transportada.
Las retractiladoras semiautomáticas hacen el trabajo de los operarios mucho más sencillo. Esto se debe a que, para ponerlas en marcha, el operario solo debe introducir el producto en cuestión en el film y dirigirlo a la superficie de trabajo que es donde está ubicada la campana.
Una de las ventajas principales que ofrecen las retractiladoras de campana semiautomáticas es que son muy versátiles, ya que ofrecen la posibilidad de retractilar una gran variedad de productos con características muy dispares. Una de sus principales labores es la de embalar artículos solos o bien agrupar varios artículos para configurar lotes.
A partir de aquí, todo el trabajo se desarrolla de manera automática. Se cierra la campana, se sella y retractila el producto y de esta forma sale de la base de trabajo. Esto la convierte en una máquina muy práctica en cualquier cadena de producción.
Con una retractiladora manual, el operario debe intervenir a lo largo de todo el proceso. Su tarea consiste en envolver el producto en el film, introducirlo en la máquina por la parte lateral, cerrar la campana y retirar el sobrante que resulta del proceso. Una vez que el trabajo está hecho, se extrae el producto y se repite la operación.
Las retractiladoras manuales son muy usadas para pequeñas producciones. Están hechas de una porta bobinas en el que se coloca la bobina de film o de PVC, una selladora que cuenta con una banda de sellado que, comúnmente, va desde los 300 mm hasta los 600 mm. Por último, cuentan con una pistola de calor que es la que se aplica sobre el paquete y realiza el acabado final. El precio de la retractiladora manual suele ser de 185€. Pero la termorretractiladora de campana llega casi a los 2000€
Como elegir
Para elegir la herramienta que se ajuste a tus necesidades, debes tener en cuenta diversos factores. El peso, el producto a embalar, su tiempo de utilidad, cuánta producción quieres llevar a cabo, etc.
En ocasiones se puede dudar entre una retractiladora o una fajadora. Es importante conocer exactamente las funciones de las dos, para saber exactamente cómo funciona cada una de ellas, y de esta manera poder elegir correctamente. Una fajadora se encarga fundamentalmente de etiquetar los productos y es muy útil como refuerzo de la estrategia de marketing de tu empresa. El sistema de etiquetado que proporciona es de gran calidad. Se trata de etiquetas o fajas de colores llamativos que consiguen atraer la atención del cliente aumentando la visibilidad de los productos en la tienda y, por lo tanto, su venta.
Una de las ventajas de la fajadora o enfajadora es que también sirve como elemento de información acerca de las características del producto y resulta una solución más respetuosa para el medio ambiente.
El objetivo principal de cualquier negocio es conseguir la mayor eficiencia en el trabajo, apoyándose en herramientas de funcionamiento rápido y sencillo que permitan embalar una gran cantidad de productos en el menor tiempo.